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viernes, 16 de septiembre de 2011

Entre telones. Después de la XIII Bienal de Teatros del Interior.



Del 9 al 11 de este mes la Asociación de Teatros del Interior celebró en Paysandú su XIII Bienal, dedicada a dos teatristas, España Andrade y Jacinto Corts, fallecidos recientemente. El evento reunió a nueve elencos de todo el país, organizó mesas redondas matutinas entre directores y actores para discutir los trabajos exhibidos la noche anterior, otorgó menciones -por rubro- a la excelencia de lo visto y fue escenario de la presentación del segundo libro del dramaturgo, actor y docente Omar Ostuni, El otro teatro uruguayo: una historia para conocernos.
La celebración de cada nueva Bienal, que se repite desde hace 25 años (o 28, si se toman en cuenta los dos Encuentros de Teatros del Interior, en 1983 y 1984), pone de manifiesto la escisión (¿la mayor herida?) del teatro uruguayo: del lado de acá está Montevideo, con su exceso de grupos desarticulados mirándose, incansablemente el ombligo; del lado de allá está todo el resto en forma de comunidad unida y organizada que produce, selecciona y exhibe cada dos años lo hecho, fijando sus propias reglas.
Dos datos rápidos (necesarios, especialmente en la capital, siempre olvidadiza o indiferente) establecen la génesis de todo en diciembre de 1982, en Paysandú, cuando integrantes de algunos grupos (Teatro Ciudad de Paysandú, Grupo Teatral de Cine Club Paysandú, Institución Teatral “Aras” y Teatro Independiente, de Guichón) y tres críticos (Álvaro Loureiro, Alfredo Goldstein y María Rosa Carbajal) se reunieron para ver dos obras, Doña Rosita, la soltera y Cuentos para mirar 2, y discutieron, concretamente, problemas y soluciones de la marginalidad. Cuatro años más tarde se organizó la ATI, que festeja ahora su cuarto de siglo, vinculada (o vinculando) a Montevideo, a través de invitados históricos a sus celebraciones como Atahualpa del Cioppo, Alberto Candeau, Carlos Torres y Luis Cerminara.
De la memoria, por lo menos de parte de lo que sucedió teatralmente fuera de nuestra capital (desde el siglo XVII hasta el XXI), se ocupa hace tiempo Omar Ostuni y la publicación de El otro teatro uruguayo: una historia para conocernos, presentado por él durante la Bienal, es secuela de su libro ya clásico Por los teatros del Interior (1993). Centrándose en la actividad teatral en Paysandú, el nuevo volumen es reconstrucción ordenada, a través de crónicas, fotografías, entrevistas y testimonios, de las salas, las formas de hacer teatro, los públicos, la formación de los grupos y, finalmente, pormenorizado relato de la gestación y afianzamiento de la ATI y sus bienales.

2011: lo que se vio

Esta edición 2011 tuvo lugar en tres sedes (el coqueto Teatro Florencio Sánchez, espacio tradicional del evento, está cerrado por remodelaciones) y reunió elencos de Colonia, Canelones, Paysandú, Fray Bentos, San José, Artigas y Soriano, respondiendo a la necesidad de mostrar la multiplicidad de estéticas, textos y estilos actorales en cuestión. La participación se determina en tres Encuentros Regionales previos (Colonia, Mercedes y Melo) donde un jurado propuesto por ATI (esta vez integrado por Gloria Demassi, Daniel Ovidio y Juan Antonio Saraví) selecciona los espectáculos.
El viernes se inauguró la Bienal con un espectáculo sobre la soledad y el exilio en sus múltiples formas, Me pelo por vivir, escrito y actuado por Bruno Gea y dirigido por Sergio Lazzo (La Farola, Colonia), para pasar a una versión colorida del clásico de García Lorca, Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, dirigida por Nelson B Castillo (Pilares, Canelones-Santa Lucía), seguir con una puesta sugestiva (sin duda más seductora que la montevideana) de Ararat, de Santiago Sanguinetti, con dirección de Darío Lapaz (Imaginateatro, Paysandú) y terminar con Blancas, collage de textos y canciones en torno a la condición femenina, dirigida por Eduardo Grosso (Del Patrimonio, Colonia del Sacramento). El sábado se exhibieron la hermética La extraña fascinación de una mujer frágil, dramaturgia de Nelson Castillo y Carlos Sorriba (también director del espectáculo) basada en El desalojo y La pobre gente de Florencio Sánchez (Eslabón, Canelones), y la indecisa -entre aniñada y trágica- Luisa se estrella contra su casa, de Ariel Farace, dirigida por Roberto Buschiazzo (Sin Fogón, Fray Bentos). Gente en obra, espectáculo de improvisación (Grupo de Teatro Querubín, San José-Libertad) fue la primera propuesta del domingo y le siguieron las bizarras (actoral e ideológicamente: variaciones, ambas, sobre el tema de la superstición y/o religión) La verdadera historia de la piedra pintada, con texto y dirección de José Miguel Silveira (Inauná, Artigas) y La cruzada de los niños, de Marcel Schwob, versionada y dirigida por Roberto Buschiazzo (Círculo de Teatro, Soriano-Dolores).

Feedback pormenorizado

Una de las últimas innovaciones fue la institución de menciones, por rubro, a los espectáculos participantes. “Se comenzaron a entregar el año pasado", dijo a la diaria Enrique Sena de León, miembro de la directiva de ATI, y agregó: "pedimos al Jurado que, de todo lo que viera en los Encuentros Regionales, seleccionara un ganador en cada rubro. Hace mucho, mucho tiempo, en los Florencio se entregaba una Mención para el interior pero después se redujo al Florencio a "Mejor espectáculo del interior" y sólo cada dos años. Creímos que no debíamos dejar pasar por alto ese trabajo, que muchas veces se hace en forma anónima y que sólo tiene difusión en la prensa local, y dio resultado, ya que las Menciones permiten que cada uno en su rubro se esmere más. Siempre se hace en una especie de 'chou' para que sea divertido y ameno; el año pasado mi compañera de entrega fue la Golovchenko, con un guión que hicimos entre los dos tomándole el pelo a varios personajes de los elencos de la ATI (que como te habrás dado cuenta los hay y muchos).”
Este año el mismo Sena, de llamativo vestido mini con lentejuelas y peluca rosada, y Lorena Rochón (actriz que fue uno de los puntos más altos del festival por su actuación en Blancas) de viril traje negro, presentaron las menciones a los mejores. Aquí va la lista: vestuario para Dumas Díaz por Amor de Don Perlimplín... ; ambientación sonora para Eduardo Grosso por Blancas; iluminación para Fernando Scorsela por La extraña fascinación...; escenografía para el grupo Sin Fogón por Luisa se estrella contra su casa; maquillaje para Andrea Tesoro por Amor de Don Perlimplín; texto José Miguel Silveira por La verdadera historia de la piedra pintada; mejor actor Bruno Gea por Me pelo por vivir; mejor actriz, compartido entre Estela Golovchenko por Luisa se estrella y Lorena Rochón; mejor elenco Imagina Teatro; mejor director Darío Lapa por Ararat y, finalmente, mejor espectáculo, Ararat.

Al final de la fiesta, la bomba anónima

Termómetro de la buena salud de cualquier evento es su capacidad de despertar polémicas, cuanto más enardecidas mejor. En El Telégrafo, histórico diario sanducero que, además, “invitó” a la celebración junto con CO.FON.TE, INAE, MEC y la Intendencia de Paysandú, se leyó bajo el título de “Mera Opinión” (en el suplemento dominical) lo siguiente: “La razón fundamental que llevó a los grupos del interior a unirse fue la falta absoluta de apoyo a cualquier nivel. Al mismo tiempo se pensó que era una buena manera de potenciar el crecimiento artístico a partir de la reunión de las mejores puestas del interior en un solo festival. Pero con el paso de los años, las buenas intenciones se desdibujaron, para llegar a una realidad de escaso nivel artístico general, con pocas producciones teatrales en cada localidad y con cierta tendencia a producir un espectáculo cada dos años tan sólo para poder competir por un lugar en la bienal. Para colmo, eso a su vez generó una pequeña industria de algunos directores montevideanos, que armaron un par de puestas en escena con las que recorren el país, de grupo en grupo, ganando dinero pero dejando nada a cambio. Ni hablar de enseñar actuación, por ejemplo. Como la película de María Luisa Bemberg, de eso no se habla. Tampoco en eso piensan los propios grupos que se reúnen con la intención de lo inmediato, de comenzar hoy y debutar en pocos meses, salteándose todo el proceso de aprendizaje teatral, ni más ni menos que años de trabajo arduo y silencioso. […] ATI sigue encerrada Montevideo puertas afuera. Es un encierro, igual que el de los capitalinos en tantos otros aspectos. Quizás hace un cuarto de siglo fue un necesario grito de lucha, pero ya no”.
Denunciante (vago) de estéticas caducas, marginalización demodé y mercados subrepticios, el lapidario cronista de El Telégrafo, quizá por su vehemencia, olvidó firmar esa “opinión”. Y aunque opinión sin firma no es opinión sino otra cosa, sería deseable que una vez publicados el nombre y apellido omitidos (quizá corrigió el error el lunes a primera hora, pero no lo sabemos) algunas de sus observaciones entrarán en el debate general, si es que tienen algún fundamento. O, por lo menos, la cuestión medular del “grito de lucha”: queda sólo fundirse en una asociación teatral uruguaya que no distinga regiones (como postula, en otro segmento, el ignoto) o continuar la pelea vociferando (como hace Ostuni, armónicamente, desde las publicaciones y, valientemente, la ATI con su Bienal).

jueves, 8 de septiembre de 2011

AGRADECIMIENTOS

Olde:
        Muchas gracias por toda tu ayuda, sin dudas fue fundamental! Enserio no se como agradecerte. Bueno mamá ya te habrá contado no damos mas de alegría, y la verdad que sinceramente no lo esperaba porque fui poco responsable y lo termine a ultimo momento, por lo que veras que el final fue medio así nomas, pero bueno a ellos les gusto igual. Ahora a seguir... otra vez gracias!!

Georgina Kluver

martes, 6 de septiembre de 2011

Buenos Aires una ciudad gravada en mi contestador...

Hoy te tenía que encontrarte, Buenos Aires, aunque alguna dama infeliz de la aduana de Paysandú alla querido cohartarme la huida, un poco de cascola aseguro el hechizo magico y despues de hacer Young un callado camionero soportó mi compañia. Fray Bentos me recibió con olor a Botnia. Un gendarme me anunció Gualeguaychú, un viejo camionero desconfiado me despertó en la terminal y allí fue todo Buenos Aires el de las gigantografias empresariales o politicas, gigatofabricas de cuadras, una ciudad gigante que acusa cierto desorden, como la misma Gualeguaychú. Alli llegué una mañana de setiembre cuasi primaveral a una despojada y sucia terminal, mas tarde a la terminal de retiro solitario ausente e insomne. La ciudad de las maravillas litararias de Borges, Cortazar y cuantos otros desconocidos, la de los uruguayos que se destacan, allí vi el monumental que equivale a decir la Cuna del Enzo, alli vi la Bombonera mientras al lado jugaba una divisionales entre Boca y River, las calles inundadas de humanidad me marcaron que comenzaba a llegar al Barrio 11, allí donde en una noche, más de un centenar de jóvenes fallecieron como las viejas brujas de la Edad Media bajo el ritmo de Callejeros.

Alli colgaban zapatos de aquellas almas, detras de las grandes pórticos se escuchaba a la "murga" que clama justicia aún por las victimas de la tragedia de Cromañon. Dentro de aquel desorden humano en los subtes y en la calle, pude encontrar un pequeño grado de órden al menos al esperar el colectivo. Alli una cola ordenada respetaba el orden de llegada para la subida en casi todas las esquinas y paradas del gran Buenos Aires. Once no tiene mucho de ciudad, alli al borde de la vereda podia encontrar a gente con sus latas pequeñas asando sobre el piso algun troso de carne para el almuerzo o un grupo de trabajadores haciendose una olla popular y repartiendo en bandeja el guiso. Los sentidos atiborrados se sumaban al cansancio del viaje. Más tarde conocimos la Boca, un barrio donde la tradición del tango se respeta y donde algunos intelectuales caminan con algún libro debajo del braso, pero con pinta de tanguero, con olor a bohemios. El mitico lugar acoje a turistas de todo el mundo, plazas de comidas en el medio de la calle, artitas que ofrecen servicios varios y donde todo se vende salvo el rio lindero cargado de contaminación. Los bailarines hacen un corte y una quebrada. La noche de Buenos Aires en un espeto corrido de los chinos que no tuvo otro adjetivo que  ESPECTACULAR!!!. 

Domingo: PUERTO MADERO 


Y TIERRA SANTA!!! ALUCINANTE...