La vida una ves mas, esa gran maestra que nos enseña todo, que nos dice a diario hasta aquí llegamos. Pero que sin dudas, pienso, no es una llegada sino un nuevo comienzo, otra etapa. La vida es siempre un camino hacia el conocimiento, tanto la vida mundana como la próxima espiritual que nos espera y que nos invita de ves en cuando a esa fiesta final a la que siempre vivimos con llantos por creer que es una despedida cuando la muerte se hace presente.
Sin embargo cada una de esas cosas por algo están y son nada mas ni nada menos para enseñarnos, pues todo en este mundo sucede para dejarnos alguna sabiduría y esa sabiduría también la conforman el llanto y la nostalgia.
Ayer en esos diálogos que mantengo con mi madre me describía los momentos que esta viviendo la abuela, aquella mujer tan fuerte madre de 14 hijos que entre las tantas experiencias debió sufrir la perdida de su esposo como tantas mujeres en el mundo, vio fallecer a sus padres y también sufrió con dolor la perdida de alguno de sus 14 hijos. Aquella mujer, la misma que entrevisté en una noche de verano y tuve aquella loca idea de quedarme en su casa para que me cuente parte de su vida, dormir a su lado siendo un aprendiz de periodista en épocas en que su sonrisa estaba muy alejada del dolor y el sufrimiento que hoy la maltratan. Esa vieja de sonrisa fuerte, de mirada picara, de los abrazos tiernos, la que me regala a diario los recuerdos más lindos de mi infancia, de los caramelos, de los bollos y de los tantos regalos bien recordados, hoy sufre.
La enfermedad más perra se quiere ocupar de su cuerpo y le ha regalado un pasaje hacia su otra etapa. Solita ella con su gran FE en DIOS. El la mantiene firme en esos momentos que parece irse, en esos segundos de abandono que parece despedirnos y en los que su habitación inunda la amargura.
Pero allí estuve ABUELA para celebrarte tu vida y darte gracias en silencio, con mi callada observación acariciándote apenas el pie, intentando darte ese gran animo y con mi caricia calmarte el dolor. Quiero agradecerte y homenajearte de esta humilde manera pues se que mucho mas podría haber hecho por ti pero si algo quedó en mi tintero será también motivos para seguir aprendiendo.
Gracias por aquellos secretos que tiernamente me contaste. Este es mi reconocimiento y es la forma en la que hoy te puedo regalar algo, no es lo mejor que puedo darte, pero tu me enseñaste también, que no importa tanto el contenido sino el gesto, viejita del alma que saciaste con tus rezos mi llanto en momentos tan difíciles.
GRACIAS por la vida ABUELA MARUJA
CON CARIÑOS OLDE
PD: Esto fue leído el viernes 11 de diciembre de 2009, el último día que la abuela estuvo con vida, en el programa que conduzco llamado “Nuestra Identidad” por Star Disco Radio 98.1. Cercano a la una de la mañana del sábado la abuela dio su último respiro y se convirtió en espíritu.