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viernes, 30 de diciembre de 2011

Las Vueltas del destino. Mi padre, Boston River, el Ascenso y la pasión de un grito de gol

Esas vueltas raras de la vida nos ha llevado por varios caminos. El fútbol sin dudas que ha marcado un jalón profundo en nuestra identidad. Jugar en Ferrocarril, el apodo que traigo desde el baby fútbol, la selección aquella dirigida por el "Pompa" Borges, que le dio a Antonio Giles la posibilidad de jugar el Minimundialito, mis juegos de la niñez al fútbol de cacharros en el piso, las estadísticas que con mi hermano escribíamos en un cuaderno premiando al mejor jugador del torneo, al arquero menos vencido y al goleador, mientras la radio nos contaba a través de los relatos de Ney Belzarena, Gerardo Banzini o Gustavo Poggio artilugios memorables que ingresaban por nuestros oídos desde la radio del bar. 


A eso jugábamos con mi hermano, con mis amigos y con algunos primos, a ser relatores, a leer noticias del fútbol impostando y con cierto énfasis en la voz, mientras armábamos esos campeonatos de juguetes, que por cierto relatábamos con tanta pasión desmesurada y hasta dormidos en sueños, tanto es así que al levantarnos mi vieja nos preguntaba quien había sido el que relató el partido dormido durante la noche anterior. Con la misma, o mejor aun, poética de Victor Hugo Morales, o con frases robadas de algún que otro destacado relato de JUVENAL de aquella revista "El Gráfico" con las cuales soñaba poder hacer desde mi querida villa.   

El fútbol se ató en nuestros zapatos de la vida quizás desde mis 4 años, cuando mi viejo despertó aquella tierna pasión que traía consigo, al regalarme el futbolito. Es que si quiero buscar algún hecho que determine la fundación de ese grato sentimiento futbolero o su propia génesis debo remitirme a sus prácticas en el galpón de Erlea, a algún pelotazo, de aquellas pelotas durisimas, cuando me llevaba a ver los entrenamientos de Guaviyú en aquel salón mastodonte en el cual se jugaban partidazos junto con el "Pulga" Salles o Alberto Romano, grandes guías no solo en lo referente a este precioso deporte, sino que fueron los escultores  de nuestra estructura para nuestra vida misma. Ellos nos enseñaron mas tarde, también junto a Williams Vignolo y Ernesto Flores una forma interesante de mentalizarnos y poder enfrentar todo tipo de desafíos, que si es necesario nos pongamos metas, que nada es imposible, que los rivales son iguales que nosotros y que estar un segundo mas despierto ya nos da ventajas. Estos maestros fueron, al fallecer mi padre en 1994, mis padres sustitutos junto con unos cuantos más con los cuales fuimos formando nuestro modo de ser y robando actitudes positivas. 

Antes habíamos asumido otro tipo de protagonismo como hinchas, mientras mi viejo, tanto como mi madre   destinaron parte de su vida a mostrarme las bellezas y lo mejor que ofrecía el Club Social y Deportivo Guaviyú, por ejemplo haberme llevado a una final en la vieja Estancia de Guaviyú que le dio el campeonato a los de la franja, recuerdo la corrida de promesa de aquellos jugadores desde la viejas estancia a pie hasta la villa, entre los cuales estaban Julio Satink, Mario Cordoba y Enrique Irurueta. Mi vieja y una de  mis tías me mostraron, y es una de las primeras imágenes que recuerdo, la pasión del hincha, animar a los jugadores y a gritarles. Acompañe varias veces a mi padre a  los Interligas siendo el un simple hincha o dirigiendo. Mis primeras fotos siendo niño fueron en aquel entorno futbolero, cuando apenas caminaba. 

Mi viejo, mi madre yo y  Mario Fernandez en un Interligas en Porvenir

Festeje varias veces con Ferrocarril, Guaviyú, Boston River y hasta con Estrella Roja . Uno a veces se cree el centro del universo, particularmente en esos momentos en que nos inunda el fundamentalismo narcisistas, pensábamos que eramos cierta mala suerte o que a veces perjudicabamos a alguna institución siendo hincha, pues mientras hinchaba para River, aun cuando jugaba en ferrocarril y mi padrino el tío "Bocha" me llevaba a las canchas, salia campeón Guaviyú y en otras oportunidades siendo hincha de Guaviyú salia campeón Boston River. También nos perseguíamos por aquel entonces, es que ese sentimiento de culpa que nos propone el cristianismo a veces lo profundizamos al hartazgo.  

SER DE GUAVIYÚ

Desde aquella invitación a practicar en el Deportivo Guaviyú de Ernesto "Nengo" Flores, hasta la escritura de un primer trabajo sobre la Historia del Club Guaviyú pasaron trece años de una vida intensa en la institución, desde ser suplente a debutar con quince años en primera división, unos cuantos goles, unos cuantos sermones de los técnicos, unos cuantos campeonatos desde sub 15 hasta primera y sobre todo un aprendizaje disciplinario espectacular, producto de una institución pionera en cuanto a las practicas deportivas. No fui un jugador de destaque, sin embargo estuve en el momento indicado para convertir el primer gol de la institución militando en Paysandú teniendo como DT a la "Bruja" Vignolo y ante Boston River casualmente, un hecho que no solo me honra en la memoria sino que son las pequeñas cosas que agrandan nuestra vida.

Guaviyú fue para mi una gran enseñanza para la vida y no lo niego fue parte de un amor al fútbol pero mas aun es un amor a la gente que dedica parte de su tiempo y de su vida a ENSEÑAR.

EL BOSTON AQUEL Y ESTE

Jamás me saque la duda pero por lo que decía mi papá, el "Tite" nació en cierta medida al fútbol con mi viejo, al menos el "Niño" o Borras (en referencia a Omar Borras, técnico de la selección uruguaya por el 86´) como le llamaban, recordaba casi siempre a algunos que habían pasado por sus manos y más aun se podía enojar al, menos su cara lo demostraba, con aquellos que no agradecían por su pasado, cuando eran entrevistados , uno por el corto tiempo de los medios de comunicación y otra por el propio olvido de la memoria humana de recordar el pasado. Pero siempre recordó con mucho cariño el pasado del "Tite", las diabluras del "extraterrestre" Martin Pereira y el aporte de Jorge, Fernando y sobre todo de Roberto Anchorena que con 14 años, viviò aquella fatídica tarde contra Queguay. Mi viejo compartió gran parte de sus recuerdos futboleros y aquel hecho sin dudas marcó parte de su vida como DT.

Estuve en varios ascensos de River y describi varias veces lo sucedido en esas finales, varias de ellas merecieron, según algunos criticos, ser notas en diarios de Montevideo. Sin embargo no era cosa que nos preocupara en demasía mientras pueda escribir y hacer la historia describiendo a la gente de mi lugar ya  habremos cumplido con nuestro cometido.

Álvaro Medina es para mi el ultimo caudillo, no solo por toda la entrega y lo que ya conocemos, sino también porque es la referencia mas antigua quizás entre el, mi viejo, Boston River y yo, principalmente por todo el peso emotivo que significa para uno recordar a alguien que hoy ya no está, como lo puede significar un padre.

Toda aquella historia fantastica del Boston River de la era de mi viejo, que logró ser campeón ,fue la culpable de que cumpliera una deuda a su memoria. Tenía que cumplir con un legado pesado en la historia y conjuntamente con varios actores que nos invitaron a ingresar en la comisión, intentamos innovar, se obtuvieron algunos logros importantes en lo ecnónomico y se logró sanear la institución.

El Tio Bocha y mi viejo seguramnte agradecieron, aunque no nos acompañaron los resultados en lo deportivo creemos que se sembró una pequeña semilla. A veces la innovación no es tan facil en la practica como la generación de ideas. De todas maneras todo sirvió al menos los socios estuvieron conformes  y fueron muchas mas numerosas que las criticas negativas. Por diferentes motivos tuvimos que abandonar la institución pero sabíamos que, como siempre, quedaría en buenas manos, a pesar de que me quedaron muchas deudas pendientes con la institución que algun día espero retribuir. Aprendimos a conocer un poco mas la idiosincracia del club, de los socios, de los jugadores y del cuerpo técnico, pero nos faltó tiempo, dedicación y continuidad en los proceso, y los resultados deportivos pesaron mas en ciertas toma de decisiones. De todas maneras se que estuvimos cuando la institución estuvo a maltraer y eso nos deja un sabor dulce de saber que cuando las papas quemas hay que tener un buen colador para cernirlas. Aprendimos a querer a la institución a reconocer la humildad de su gente y faltó quizas un poco mas tiempo para el enamoramiento.
 

AMAR TODO LO QUE SEA DE ESTE LUGAR Y EL ASCENSO

A veces se genera ciertas discrepancias entre el ser de Guaivyú y ser de Boston River. Creo que existen  fanáticos radicales como también personas que intentan tejer redes de articulaciones importantes entre ambas. Varios jugadores han vestido en  tiempos distintos ambas camisetas y tenemos una lista interminable desde Franklin Belveder, Eduardo Vignolo, Ignacio Vignolo, Jose Irurueta, Wilde Belveder,  Augusto Miranda, Sergio Acuña, Yubert Miranda, Juan Gomez, Pablo Miranda y Renzo Montaña entre otros.

A pesar de ello ayer le tocó a Boston River festejar un nuevo ascenso. Muy peleado y donde vivir ese tipo de jornadas son inspiradoras porque son hazañas concretadas por la gente del interior, porque el peso emotivo tiene otro sabor, la sangre fluye a otro ritmo y la vivencia se hace carne cuando se cuenta nuevamente y se invita a soñar con la misma pasión con la que algunos han narrado batallas.


Mas allá de que la prensa culpe a la gente del interior de todo tipo de barbaridades, jamas van a hablar de las barbaridades de los hinchas capitalinos. De la pedrea que tuvimos que sufrir posterior al partido o de los golpes recibidos por la hinchada que ingresó a la cancha. Seguramente jamás se suspederlá la cancha de Estudiantil, pero si eso sucediera en Quebracho, seríamos el escrache en paginas policiales y con foto gigante incluida.

"Escribi sobre las cosas buenas" siempre me dice el sabio Pilola. Y en este sentido debo hacerle caso. No puedo borrar de mi retina la locura del Polaco Mendoza, esos apretones y abrazos mas sentidos que los apretones de una piton a los jugadores, a su idolo el "caudillo" Roque De Los Santos. Donde se compra la sonrisa  de Ignacia Martinez? festejando con 82 años un nuevo campeonato y si habrá vivido tantos de esos durante estos años. Donde venden los libros de las hazañas del propio Tite Medina, las tomadas de pelo del Guapo Acuña, la seriedad guerrera del propio Roque De Los Santos, la corrida loca de Jacinto Giles o la misma del Mauri Bremerman, la chispa del Tapón Acosta. Donde venden la rudeza y la polenta de Eduardo Bazzini o la del Gaucho Bonina, donde compramos esa semilla del Roque De los Santos encarnada en su propio hijo, donde compramos la picardía de Martin Medina, la garra de un pibe lampiño que con tan solo 15 años logró ser el baluarte de un ascenso: Damian Rodriguez, donde compramos los relfejos y las manos del Pelado Acuña. Anoche podríamos decirles que a todo esto lo encontramos en la sede de Boston River y no tiene precio, como no tienen precios todos lo jugadores que aportaron para este ascenso que es histórico porque, por sobre todas las cosas es el logro tambien muy merecido, por si fuera poco, de una mujer que asumió la presidencia por este periodo: VERONICA MEDINA, primera presidenta del Club.

Podríamos seguir enumerando esa cosas impagables de esta institución que como tantas otras del interior lucha, muerde y pelea con coraje por sus logros, que no es una institución rica, por acá no existen, si ricas en valores y llenas de desafios diarios. La lucha es continua y a la Unión se le debe este nuevo logro.
   
Esto esta escrito para darnos cuenta cuanto influyen las personas, los hechos y la pasión por vivir  intensamente la vida, así como también, a como los padres y los personajes de esta historia formamos los mejores recuerdos en cada niño que son en mayor medida la valija con la que cada uno construirá los cimientos para su propia vida. 

Más allá de las rivalidades esto es lo que mejor puedo ofrecerles y agradecer una ves mas por una alegría para la gente de nuestra villa.  Hemos aprendido a querer y a amar por sobre todas las cosas a cada persona y a valorar cada pequeño logro de este pequeño y centenario terruño, que tiene poesía e inspiración en cada uno de sus habitantes. A pesar de que aun continuamos conociendonos con la institución y todo lo que ella significa. Estoy en condiciones de decir que es posible amar a dos instituciones e inclusive más y pensar en logros muchos mas grandes, con mayores perspectivas pero esa será otra historia. 

Salud Boston River. Salud Quebracho y que el 2012 nos encuentre más unidos que nunca. 




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