Hoy te tenía que encontrarte, Buenos Aires, aunque alguna dama infeliz de la aduana de Paysandú alla querido cohartarme la huida, un poco de cascola aseguro el hechizo magico y despues de hacer Young un callado camionero soportó mi compañia. Fray Bentos me recibió con olor a Botnia. Un gendarme me anunció Gualeguaychú, un viejo camionero desconfiado me despertó en la terminal y allí fue todo Buenos Aires el de las gigantografias empresariales o politicas, gigatofabricas de cuadras, una ciudad gigante que acusa cierto desorden, como la misma Gualeguaychú. Alli llegué una mañana de setiembre cuasi primaveral a una despojada y sucia terminal, mas tarde a la terminal de retiro solitario ausente e insomne. La ciudad de las maravillas litararias de Borges, Cortazar y cuantos otros desconocidos, la de los uruguayos que se destacan, allí vi el monumental que equivale a decir la Cuna del Enzo, alli vi la Bombonera mientras al lado jugaba una divisionales entre Boca y River, las calles inundadas de humanidad me marcaron que comenzaba a llegar al Barrio 11, allí donde en una noche, más de un centenar de jóvenes fallecieron como las viejas brujas de la Edad Media bajo el ritmo de Callejeros.
Alli colgaban zapatos de aquellas almas, detras de las grandes pórticos se escuchaba a la "murga" que clama justicia aún por las victimas de la tragedia de Cromañon. Dentro de aquel desorden humano en los subtes y en la calle, pude encontrar un pequeño grado de órden al menos al esperar el colectivo. Alli una cola ordenada respetaba el orden de llegada para la subida en casi todas las esquinas y paradas del gran Buenos Aires. Once no tiene mucho de ciudad, alli al borde de la vereda podia encontrar a gente con sus latas pequeñas asando sobre el piso algun troso de carne para el almuerzo o un grupo de trabajadores haciendose una olla popular y repartiendo en bandeja el guiso. Los sentidos atiborrados se sumaban al cansancio del viaje. Más tarde conocimos la Boca, un barrio donde la tradición del tango se respeta y donde algunos intelectuales caminan con algún libro debajo del braso, pero con pinta de tanguero, con olor a bohemios. El mitico lugar acoje a turistas de todo el mundo, plazas de comidas en el medio de la calle, artitas que ofrecen servicios varios y donde todo se vende salvo el rio lindero cargado de contaminación. Los bailarines hacen un corte y una quebrada. La noche de Buenos Aires en un espeto corrido de los chinos que no tuvo otro adjetivo que ESPECTACULAR!!!.
Domingo: PUERTO MADERO
Y TIERRA SANTA!!! ALUCINANTE...
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