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lunes, 1 de agosto de 2011

LAS DOS CARAS DE LA DESGRACIA: OCCIDENTE Y CHINA


Las dos caras
de la
Desgracia
      Occidente y China

                                                                                             
                                 












                                                                                             Oldemar Chacón
2º Año Ciencias Sociales
Orientación Historia

Introducción

Durante mucho tiempo se ha rendido culto a los hechos sin caer en la sencilla cuenta de que todo hecho, por serlo, esta hundido ya, para siempre, en el pasado: cadáver de una acción cuyo proceso vivo se ha olvidado. Nada se puede hacer salvo dotarlo de sentido, salvarlo precariamente de su muerte, cobijándolo en nuestra vida. Estos es precisamente lo que intentaremos hacer con este trabajo. Vivimos en la casa del pasado y mantenemos conscientemente que no hay otra manera de observar la historia más que desde un instante presente y por medio de la imaginación.

 Cuando la elección del tema de esta tesina comenzaba a definirse, lo más claro era que pasaría por el estudio de las mentalidades. Observando lo anterior debemos tener presente que las preguntas que nos plantearemos se hallan dictadas por el presente, por nuestros intereses intelectuales y por nuestras necesidades morales y sociales presentes.

Cuando hoy reflexionamos sobre la estructura de las emociones[1] humanas y de su control se tratan de elaborar teorías acerca de ellas, se suele creer que las observaciones sobre seres humanos contemporáneos en las sociedades desarrolladas constituyen un material empíricamente suficiente. Partimos del  supuesto de que resulta posible construir teorías generales sobre las estructuras emotivas y de control de los seres humanos de nuestra sociedad como se nos presentan aquí en el ahora. No obstante ello se puede comprobar que los modelos y el control de las emociones difiere si se tiene en cuenta  las diversas clases sociales.

          Cuando Auguste Dupin personaje de Edgar Allan Poe se inmiscuyó en las reflexiones del otro personaje haciendo una introspección empática y diciéndole todo lo que habían hecho juntos durante varios días antes, paso a paso en forma inversa, pero alegando además, lo que el otro personaje había pensado en diversos momentos no podemos más que sorprendernos, si tuviésemos esa sagacidad seguramente nos responderíamos a muchas de las cuestiones mentales que acontecieron a lo largo de la historia, aunque esto no dejaría de ser complicado por la sencilla razón de que no vivimos con los actores históricos, hecho que si experimentó Dupin, sin embargo al menos conviviremos con las fuentes bibliográficas en lo más profundo las cuales buscaran ser  interpretadas.

No obstante ello hemos tratado de organizar una tesina, si es que así se le podría llamar, que dedique su mayor parte al estudio de las mentalidades. Este ha sido uno de los motivos por los cuales hemos decidido realizar esta carrera de Historia. Siempre nos ha interesado el estudio de los seres y el mundo. Pero sobre todo la atención siempre la hemos centrado en las invenciones  de la mente. Siendo niño, en épocas de muchas cuestionamientos, nos hemos preguntado cosas tales como ¿por qué hemos de tender la cama todos lo días?, estas observaciones absurdas llevaban  detrás un sin fin de preguntas como por ejemplo si existe alguna ley universal que así lo impusiera. Esto era motivo de largas reflexiones acerca del por qué debían ser las cosas de esta manera, esto nos llevó al estudio de las mentalidades. ¿Por qué nuestras madres actúan de tal manera? Era la pregunta que nos llevaba a conclusiones como la siguiente: el hombre es un animal convencional.

Por esta razón dedicamos gran parte del tiempo a su elaboración del presente trabajo que no es más que una nueva recopilación de fuentes bibliográficas correspondientes al estudio de las mentalidades.

            Caminábamos, leíamos, pensábamos y nos preguntábamos: ¿qué diferencia podríamos encontrar entre la mentalidad primitiva y la de los hombres modernos?. Si partiésemos del supuesto de que todos somos originarios de una Eva mitocondrial,  de un mismo punto de partida, aún incierto ¿puede decirse que existen diferencias  entre la mentalidad occidental y la oriental, más precisamente China? Si es que las hay ¿los cambios sociales pueden determinar estas diferencias? O será que las clases sociales dominantes son las que imponen sus formas de actuar, pensar y comportarse. Si es así, ¿de que manera fue absorbida por las clases sumergidas y dominadas y hasta que punto tales formas de comportamiento son aceptadas, rechazadas o reelaboradas? ¿se puede determinar un grado de resistencia si es que se opusieron?. Por otro lado ¿la religión es la única que juega un papel importante en todo lo concerniente al control sobre los comportamientos humanos?. ¿Cuáles son los factores que llevan a las personas a tomar decisiones tales como las de salir a la calles a manifestar sus disconformidades?. Esta acción que trae consigo cambios sociales en la mayoría de los casos, ¿no es acaso algo que se ha dado en la mayoría de los procesos de organización de centros poblados, ciudades, imperios que tienen alguna forma de poder?. No subyace detrás de todo esto la gran pregunta que deberíamos respondernos ¿por que cambia la emotividad del comportamiento y de la experiencia de los seres humanos en un determinado momento?

Ahora bien nos queda una pregunta planteada que intentaremos responder: ¿es posible responder a los cambios de las estructuras de la personalidad(2) con el estudio del inconsciente colectivo y más específicamente con el concepto de Arquetipo? (ver Jung). Lo que aquí se realizara seguramente será el intento de investigar y responder a tales preguntas. Es siempre necesario que los trabajos tengan piezas que ajustar, esto es imprescindible para abrir o continuar nuevas investigaciones sobre un tema tan basto como el de las mentalidades. Hemos expresado nuestros pensamientos con la mayor brevedad y concisión  

El objetivo del presente estudio intentara mostrar  las diversas manifestaciones y concepciones de la desgracia, como se manifiesta en el interior del individuo o sea en lo intra-psíquico. Además analizaremos a la desgracia contenida en un trasfondo ideológico especifico o sea desde el punto de vista religioso.

Nuestra hipótesis surge del análisis de un contextos especifico la Edad Media, sin embargo, no estaremos exentos de vincular la desgracia con el pensamiento Chino y la influencia en las manifestaciones institucionales en este caso religiosas, que tiene sus raíces en la subjetividad social, o sea en las mentalidades. ¿Por que escoger el ámbito religiosos? Seguramente lo más incomunicable que tienen las civilizaciones entre si lo que las aísla y distingue mejor, es ese conjunto de valores fundamentales de estructuras psicológicas. Y estas mentalidades son, igualmente poco sensibles al paso del tiempo. Varían con lentitud, solo se transforman tras largas incubaciones, de las que también son poco concientes. Y en este aspecto creemos que la religión es el rasgo predominante en el corazón de las civilizaciones, a la ves su pasado y su presente. Por eso solamente...  




Oldemar Chacón(0)

 Octubre de 2002














Marco teórico


El historiador vive en un mundo material pero en los inicios mismos de su investigación no encuentra un mundo de objetos físicos sino un universo simbólico, un mundo de símbolos. Debe aprender, ante que nada a leerlos, pues todo hecho histórico, por muy simple que parezca, no se determina y comprende más que mediante un análisis previo de símbolos y aún de lo mas micro del asunto, al decir de Cleford Geertz, el gesto.

No obstante, si abriésemos la historia de la humanidad por cualquier pagina encontraremos siempre estas mismas preguntas ¿Qué es la Desgracia? O mejor aún ¿qué es lo bueno y lo malo?. Desde Heráclito, Demócrito, Sócrates y Platón a Bentham, Spencer y Dewey, la filosofía occidental le ha asignado un lugar especifico de sus preocupaciones. Es por eso que se han realizado estudios en el ultimo siglo que han intentado aproximarse a dichas cuestiones mentales desde los trabajos de Durkheim, Lucien Levy Bruhl, Norbert Elías a Erwin Panofsky o los prestigiosos historiadores de la escuela de los Annales desde Marc Bloch a Philip Ariès, George Duby y Braudel que se refieren mas que nada a una historia acerca del estudio de las mentalidades; corrientes como la psicohistoria, la micro historia con Carlo Ginzbur no son ni mas ni menos que algunos de lo “elefantes” en los que nos intentaremos subir. 

Fernand Braudel (3)advierte que el concepto de civilización solo se puede definir a la luz de todas las ciencias del hombre, comprendida la historia. Su definición consta del estudio de cuatro ciencias del hombre: geografía, sociología, economía y psicología colectiva por tanto la civilizaciones son espacios, son sociedades, son economías y son mentalidades colectivas. Este último punto es el que esencialmente nos va ha interesar. Ahora bien ¿qué son las mentalidades y qué comprende un estudio acerca de las mentalidades?. Definiendo el todo por las partes, y buscando una relativa convergencia del objeto de la historia con los objetos de las diferentes ramas de la psicología como ciencia social, interesa distinguir cinco componentes en la mentalidad: lo racional, lo emotivo, lo imaginario, lo inconsciente y la conducta. Los cuales corresponden a distintos modos de percibir la realidad y/o de actuar sobre ella, y se entrelaza y superponen unos con otros, de forma que cada función o manifestación mental aparece coloreada por unos componentes más que otros, mezclados químicamente: el todo no se reduce a la suma de los componentes. Vayamos a observar el primer componente. Dentro de lo racional habría que encuadrar a la historia cultural e intelectual, de las ideas y de la filosofía, y en el terreno estricto de la historia social la exploración de la conciencia.  Lo emotivo es una historia de sentimientos y de la sensibilidad dentro del cual se animan temas como el terror, la muerte y el sentimiento de seguridad. El sector de las mentalidades colectivas ocupada por la imaginación, capacidad mental que interviene en los procesos de conocimiento y motiva en tal medida a la acción humana que su toma en consideración, por parte de la historiografía más renovadora, bastaría para justificar el salto epistemológico de la historia de las ideologías a la de las mentalidades.  Por imaginario entendemos el conjunto de representaciones mentales por medio de las cuales los hombres reconstruye un mundo interior distanciado de la realidad material, que deviene así realidad inventada. El estudio de lo inconsciente ha ingresado en los estudios históricos con los avances de Freud y últimamente con los aportes de otros como Carl Jung. Sin embargo existen dificultades metodológicas que se presentan para la verificación empírica de hipótesis basadas en practicas inconscientes. Como quinto punto mezclábamos a la conducta que es lo que el hombre hace o sea su comportamiento, lo que se refiere a sus acciones observables.      

En este sentido la gran importancia se centrara en los mitos negativos del hombre y en la desgracia como una de las características inseparables del entramado humano que constituye la historia. Concebida dentro de un imaginario colectivo en el cual confluyen también las formas de poder, los que lo ostentan no descartan dichas manifestaciones teniéndolo presente al momento de elaborar sus discursos emblemáticos. Cada acto humano viene acompañado del entorno mental que forman sus motivaciones, sus conexiones con otros actos, sus consecuencias; partiendo de las acciones podemos llegar por tanto a su contexto psicológico. En la historia se marcan a fuego hechos que han consternados a la sociedad en el imaginario colectivo, la cronología es ejemplarizante, los hechos son marcados en su gran mayoría por desgracias por un lado, malas suertes golpes del destino, guerras y conquistas.



[1] Término empleado frecuentemente como sinónimo de sentimientos y que en psicología se emplea para denominar una reacción que implica determinados cambios fisiológicos, tales como la aceleración o la disminución del ritmo del pulso, la disminución o el incremento de la actividad de ciertas glándulas, o un cambio de la temperatura corporal. Todo ello estimula al individuo, o alguna parte de su organismo, para aumentar su actividad. Las tres reacciones primarias de este tipo son la ira, el amor, y el miedo, que brotan como respuesta inmediata a un estímulo externo, o son el resultado de un proceso subjetivo, como la memoria, la asociación o la introspección. El psicólogo conductista estadounidense John Watson puso de manifiesto en una serie de experimentos que los niños pequeños son ya susceptibles de tener estas tres emociones, y que las reacciones emocionales pueden condicionarse. Los estímulos externos disminuyen su importancia como causa directa de la reacción emocional de un individuo según éste madura, y los estímulos que suscitan estas emociones se vuelven más complejos. Así, la misma condición ambiental que inspiraría ira en un niño pequeño puede causar miedo en un adulto. No obstante, según aumenta el nivel emocional de la reacción, el parecido entre los distintos tipos de reacción aumenta también: la ira extrema, el pánico o el resentimiento tienen más en común que las mismas reacciones en fases menos exageradas. Todas las reacciones emocionales están acompañadas por alteraciones fisiológicas momentáneas, como en el caso del aumento del ritmo del corazón durante un acceso de ira. El miedo, por ejemplo, puede desencadenar manifestaciones violentas, como el temblor de los miembros o una momentánea pérdida de voz.

(2) De acuerdo a los planteamientos de Kernberg, se distinguirían diferentes estructuras de personalidad en un continuo de gravedad: Estructura de personalidad normal: donde no se encuentran trastornos de personalidad, Estructura de personalidad de tipo neurótico: donde se encuentran los trastornos de personalidad menos graves Estructura de personalidad de tipo limítrofe: donde se ubican los trastornos de personalidad más severos; dividida a su vez en limítrofe superior y bajo , Estructura de personalidad de tipo psicótico: que es un criterio de exclusión para los trastornos de personalidad.

(0)     Estudiante de del Centro Regional de Profesores(CERP) Litoral .Sede Salto. 2º Año Ciencias Sociales, Orientación Historia. Dirección Brasil 856 Salto. 18 de Julio Dr Martín Quebracho
       Tel. 07335103 Salto/ 07542080 Quebracho. E-mail: cyberoldemarcha@ mixmail.com.
(3) “Las Civilizaciones actuales” Estudio de historia económica y social. Cap. II. Pag. 23-33 

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