Todo debo captarlo, imágenes, sonidos como si nuestro cuerpo fuera el mejor estudio de cine o de radio. Las historias han sido las que han llenado nuestra alma, ir sentado con historias de cárceles a pesar que el narrador hable alto y los pasajeros de siete asientos a la redonda nos miren con desconfianza, asombro y miedo, ante mis risas o las narraciones del personaje, son elementos fantásticos y legendarios de ser como soy ante la realidad. He aprendido a callarme para escuchar, a no perturbar mi mirada en banalidades para observar e imprimir con letras desde un teclado o retornar al amanues para romper con cualquier blancura escribiendo disparates que a algunos entretiene.
Hoy quiero mostrarles las locuras o la inspiración que han despertado en este ser haber vivido en Quebracho, y que es para mi ese lugar. Creo que el amor es mas ausencia que presencia, la ausencia enamora y transforma nuestra sensibilidad mas detallista, los recuerdos se tornan lucidos, las calles recobran vida independiente, las baldosas vuelan o hablan y allí en ese inmenso mundo apenas una huella, la de nuestro champión, como si nuestra huella en aquel lugar fuera el centro de la escena. Esto nos va a servir para ver cuantas huellas podemos ver a nuestro alrededor y a sentirnos minúsculo ante el escenario de la vida, por mas que el ego luche a diario por sobresalir contra nuestra humildad. Alguien será testigo, algún día, de quien habrá ganado esta pelea. Por ahora se que debo tener la autoestima nivelada y animarnos a hacer cosas. Si hay criticas poco importan (solo sirven para evaluarlas) he aprendido más animándome que replegándome en algún rincón. Por eso puedo decir que ser de Quebracho es:
Animarnos al riesgo contra todas las adversidades. Quebracho es la tozudez por el logro, son los prolongados silencios, es el canto de los pájaros, es la monotonía que señorea por sus calles, es el sol de los niños que juegan en la plaza, en las esquinas o debajo de los frondosos arboles en verano. Es un chamamé anidado de los Musiqueros del Fogón, la poesía de Carlos Vignolo, el acordeón del Gordo Amante o de Omar Angione, es el arte de las musas del teclado de José Carranza, son las guitarras los alumnos y el sonido en corcheas de Hugo Wilkinson, es la música de los músicos y la inspiración de los nuevos jóvenes. Quebracho es historia de boliches, sonrisa y carcajadas que adornan lo telurico. Es el "Acido" de Zordán y es el escudo y el "Julio Quebrachales" de Carlitos Montaña y es el quijote cabalgando de nuevo de Enrique Correa.
Quebracho es el planeta de la Sociedad de Amigos, en el fútbol es la tierra que alguna vez conoció las boleas de Carlos Anchorena hasta las diabluras de Martin Medina, es el grito de Colacho Abreo con los goles de Eduardo Vignolo o José Irurueta, es la dirigencia de Alberto Romano, la tranquilidad del capitán Roque De los Santos, la sagacidad del Pitufo Alzugaray la dureza defensiva, la anécdota instantánea y la humildad de Julio Esperanza Acosta. Es la chispa del Tite Medina, los goles de Juan Clara y son los cientos y miles de goles, de niños, de jóvenes y adultos que regaron el baby fútbol, los juveniles, las reservas y las primeras divisiones. Quebracho es el Interligas y el azul. Es el vuelo espectacular de los dos o tres arqueros Giles, del Chito Acosta, de Carlos Landarin, de Carlos Weber, de Joan Escobar, de Renzo Montaña y de los arqueros que por un instante se transformaron en pájaros humanos. Es Maneco y es el Lica, es el Viejo Chico, el cabezaso de Fausto Bogado, son los goles de Ricardo Brandon, la corrida loca del Bruja Vignolo, la jopeadita del Galgo Atencio y el zapatazo del Nengo Florez, el medio campo (ni que lo diga Gardelito) del Chivo Medina, del Pulga Salles y del Huevo Montaña. Es Estrella Roja, la mítica Estancia, y el colosal Saladero, son las estancias inglesas de Colonia la Palma, son los bailes y el cine en Arroyo Malo, los baños en las Termas, son las gigantes palmeras de Palmar y el rojo de Santa Kilda, son las fiestas de Mataojo.
Quebracho es la pintura soñada, el árbol plantado, la espiritualidad hecha flor y la solidaridad de Juan Zordán, el reto educativo firme de Mariela Gualdoni, Luisa Villagra, Sheila Volpe, Elilzabeth Gini, de Rosario Maldonado y toda la nueva camada de maestras que educaron y educan tantos futuros, es la bondad de Ricardo Griffin, de Juan Diaz, la capacidad de Don Lorenzo y los Di Lorenzo. Es el sortilegio de Pastorini y el trabajo de los Otte, es la historia de Santos, el museo de Juan Clara y la poesía de Marila Eugui, es el camión de Dominguez y de Luis Rodriguez. Es la presentación de Pocho Rodrigues, de Toscanito. Es el relato del Ruye Goyeneche y el comentario de Mario Portillo. Son los carnavales inolvidables de las murgas, de pirichis y bambucos, es la troupe de Livera con sus reinas hombres. Es el Cine de Tito Sanchez y del ucraniano Blaciuk acarreando las películas en carretillas desde la Estación del tren.
Es el sueño político del Dr. Martini, de Cajarville, de Ciriaco Sanchez, de Gregorio, Pedro y Pedrin Anchorena, de Caravia y de Maldonado, de Bremermann, es Bredo y Belveder y son cientos de proyectistas escudados detrás de los partidos políticos. De los Caudillos y de los gauchos, de los matreros y los descendientes esclavos. Es "la vaca loca" y carnicería Quebracho, son los prostibulos y lo del Facha. Es el club social, el baile y los amoríos. Es un Akihay que ya no está y es lo de Poroto, es el bar del Turco. Es el pingo en las carreras y "Gorolo" en su caballo, la astucia del "Vasco" Latapie y la fusta de Pocho Flores. Es la cura del Pájaro y del Polaco Mendoza, es el vencer de Nelly Oviedo y los gualichos de la Venancia.
Es el proyecto productivo de los curas, de los Pestaña, de los Amarillos y de Abella, de los canarios Chacón, de Marsicovetri Morganti, de Lorenzo y de los almaceneros. Quebracho es el casin y los timberos, el truco y todos los quieros. Es el vale cuatro, es el avión y la amarga. Es la barra y la piraña. Es Simón y los apodos del Locho Funes, el Grillo Godoy y la pasión de la serenata del Juampi. Son los "Petaca" los "Negrillos" Almeida y los ecualiptus del parque. Es la ruta y sus mevires, es Valin, Hector Gomez y el maestro Tavarez. Quebracho son los dichos relacionados a Marrón y a tantos personajes exquisitos.
Quebracho es el sabor de una comida en lo de Dotti o de una "milanga" o tallarin en el Restaurate Pompeya. Quebracho es la sombra de COLEQUE y del Centro de Promoción humana. Es el trabajo incansable de los productores rurales y la madrugada de la peonada arrancando naranjas, plantando o podando arboles. Es el sonido de los camiones, de las motos y o el tronar de las maquinas de las panaderias. Es el mate mañanero, el cigarro en su suspiro. El bosteso de la siesta. El banco y sus bancarios. Los entes y los entretiempos de los empleados públicos. Es la vía ferroviaria y su zorrita, el motocar y el tren. Es la Onda, el Alonso o el olor a tierra sagrada en la polvareda del Marcos.
Es el parto de Doña "Correntina", la farmacia de Dorita y la inyección de la Negra Ramirez. Es bailar apretaditos en Boliche Paris, Montana, la Chacra, es un festival juvenil en el Club Quebracho, es cantar al calor del fogón con los ecos mas viejo del País. Es la noche psicodelica de "plataforma cero". Son los disco de la "EROS", el fervor de Bahamas, el sabor de Wanabacoa, y la vos del "Facha" Carlis en aquel tan recordado "te juro que te quiero". Quebracho es el peón y el gremialista, el patrón y el hacendado. Es el debut de los iracundos, el baile del lechón, es el "Lamper" y las escuelas, es el consejo auxiliar, la junta y el municipio, es la parada, la estación, el pueblo, la villa y el sueño de la ciudad y el saneamiento.
Quebracho es la historia del fútbol, voleibol, futsal, karting, boxeo, tenis y todas las recreativas juntas.
Es el abuelo Nicasio, los cantos de Don Homero, las timbas del Cubilete, un tango en "las cuarenta", un clavo de la zapateria de Direnna, un verso en portugués de Aroyildo Do Canto, una mirada callada de Don Fleita. Quebracho es el espíritu vivo de la ciudad del cementerio.
Quebracho es el planeta de la Sociedad de Amigos, en el fútbol es la tierra que alguna vez conoció las boleas de Carlos Anchorena hasta las diabluras de Martin Medina, es el grito de Colacho Abreo con los goles de Eduardo Vignolo o José Irurueta, es la dirigencia de Alberto Romano, la tranquilidad del capitán Roque De los Santos, la sagacidad del Pitufo Alzugaray la dureza defensiva, la anécdota instantánea y la humildad de Julio Esperanza Acosta. Es la chispa del Tite Medina, los goles de Juan Clara y son los cientos y miles de goles, de niños, de jóvenes y adultos que regaron el baby fútbol, los juveniles, las reservas y las primeras divisiones. Quebracho es el Interligas y el azul. Es el vuelo espectacular de los dos o tres arqueros Giles, del Chito Acosta, de Carlos Landarin, de Carlos Weber, de Joan Escobar, de Renzo Montaña y de los arqueros que por un instante se transformaron en pájaros humanos. Es Maneco y es el Lica, es el Viejo Chico, el cabezaso de Fausto Bogado, son los goles de Ricardo Brandon, la corrida loca del Bruja Vignolo, la jopeadita del Galgo Atencio y el zapatazo del Nengo Florez, el medio campo (ni que lo diga Gardelito) del Chivo Medina, del Pulga Salles y del Huevo Montaña. Es Estrella Roja, la mítica Estancia, y el colosal Saladero, son las estancias inglesas de Colonia la Palma, son los bailes y el cine en Arroyo Malo, los baños en las Termas, son las gigantes palmeras de Palmar y el rojo de Santa Kilda, son las fiestas de Mataojo.
Quebracho es la pintura soñada, el árbol plantado, la espiritualidad hecha flor y la solidaridad de Juan Zordán, el reto educativo firme de Mariela Gualdoni, Luisa Villagra, Sheila Volpe, Elilzabeth Gini, de Rosario Maldonado y toda la nueva camada de maestras que educaron y educan tantos futuros, es la bondad de Ricardo Griffin, de Juan Diaz, la capacidad de Don Lorenzo y los Di Lorenzo. Es el sortilegio de Pastorini y el trabajo de los Otte, es la historia de Santos, el museo de Juan Clara y la poesía de Marila Eugui, es el camión de Dominguez y de Luis Rodriguez. Es la presentación de Pocho Rodrigues, de Toscanito. Es el relato del Ruye Goyeneche y el comentario de Mario Portillo. Son los carnavales inolvidables de las murgas, de pirichis y bambucos, es la troupe de Livera con sus reinas hombres. Es el Cine de Tito Sanchez y del ucraniano Blaciuk acarreando las películas en carretillas desde la Estación del tren.
Es el sueño político del Dr. Martini, de Cajarville, de Ciriaco Sanchez, de Gregorio, Pedro y Pedrin Anchorena, de Caravia y de Maldonado, de Bremermann, es Bredo y Belveder y son cientos de proyectistas escudados detrás de los partidos políticos. De los Caudillos y de los gauchos, de los matreros y los descendientes esclavos. Es "la vaca loca" y carnicería Quebracho, son los prostibulos y lo del Facha. Es el club social, el baile y los amoríos. Es un Akihay que ya no está y es lo de Poroto, es el bar del Turco. Es el pingo en las carreras y "Gorolo" en su caballo, la astucia del "Vasco" Latapie y la fusta de Pocho Flores. Es la cura del Pájaro y del Polaco Mendoza, es el vencer de Nelly Oviedo y los gualichos de la Venancia.
Es el proyecto productivo de los curas, de los Pestaña, de los Amarillos y de Abella, de los canarios Chacón, de Marsicovetri Morganti, de Lorenzo y de los almaceneros. Quebracho es el casin y los timberos, el truco y todos los quieros. Es el vale cuatro, es el avión y la amarga. Es la barra y la piraña. Es Simón y los apodos del Locho Funes, el Grillo Godoy y la pasión de la serenata del Juampi. Son los "Petaca" los "Negrillos" Almeida y los ecualiptus del parque. Es la ruta y sus mevires, es Valin, Hector Gomez y el maestro Tavarez. Quebracho son los dichos relacionados a Marrón y a tantos personajes exquisitos.
Quebracho es el sabor de una comida en lo de Dotti o de una "milanga" o tallarin en el Restaurate Pompeya. Quebracho es la sombra de COLEQUE y del Centro de Promoción humana. Es el trabajo incansable de los productores rurales y la madrugada de la peonada arrancando naranjas, plantando o podando arboles. Es el sonido de los camiones, de las motos y o el tronar de las maquinas de las panaderias. Es el mate mañanero, el cigarro en su suspiro. El bosteso de la siesta. El banco y sus bancarios. Los entes y los entretiempos de los empleados públicos. Es la vía ferroviaria y su zorrita, el motocar y el tren. Es la Onda, el Alonso o el olor a tierra sagrada en la polvareda del Marcos.
Es el parto de Doña "Correntina", la farmacia de Dorita y la inyección de la Negra Ramirez. Es bailar apretaditos en Boliche Paris, Montana, la Chacra, es un festival juvenil en el Club Quebracho, es cantar al calor del fogón con los ecos mas viejo del País. Es la noche psicodelica de "plataforma cero". Son los disco de la "EROS", el fervor de Bahamas, el sabor de Wanabacoa, y la vos del "Facha" Carlis en aquel tan recordado "te juro que te quiero". Quebracho es el peón y el gremialista, el patrón y el hacendado. Es el debut de los iracundos, el baile del lechón, es el "Lamper" y las escuelas, es el consejo auxiliar, la junta y el municipio, es la parada, la estación, el pueblo, la villa y el sueño de la ciudad y el saneamiento.
Quebracho es la historia del fútbol, voleibol, futsal, karting, boxeo, tenis y todas las recreativas juntas.
Es el abuelo Nicasio, los cantos de Don Homero, las timbas del Cubilete, un tango en "las cuarenta", un clavo de la zapateria de Direnna, un verso en portugués de Aroyildo Do Canto, una mirada callada de Don Fleita. Quebracho es el espíritu vivo de la ciudad del cementerio.
Apenas una braza para reavivar el fuego de toda la historia por escribir...
¿Usted que recuerda?
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